Uno de los grandes desafíos para las pymes que comienzan su incursión en el mundo de los negocios es obtener el financiamiento necesario para desarrollarse y cumplir con sus compromisos financieros. Frente a esto, el mercado ha desarrollado una serie de sistemas que permiten obtener el capital necesario para el crecimiento de la empresa, siendo los dos más importantes el factoring y el leasing que, a pesar de contribuir al mismo fin, funcionan de forma muy distinta.
¿Qué es el leasing?
Como hemos mencionado en artículos anteriores, el factoring es una herramienta de financiamiento que permite a las pymes obtener liquidez de forma sencilla y rápida a través de la cancelación anticipada de sus facturas o cheques a plazo. En este sentido, el factoring tiene como objetivo proveer de dinero contable a las empresas para los fines que estime conveniente, entre ellos pagar salarios, realizar inversiones, invertir en publicidad o adquirir capital (máquinas, mobiliarios, vehículos) para su desarrollo.
El leasing, por su parte, es una modalidad de financiamiento que permite a las pymes arrendar bienes con la opción de adquirirlos de forma definitiva más tarde. A través de un contrato de arrendamiento, la empresa proveedora del leasing adquiere un bien en nombre del cliente, el cual cancela cuotas de arrendamiento mensuales con la opción de comprar el bien al final del contrato pagando usualmente una cuota más del contrato.
En este sentido, el leasing es una herramienta útil para las pequeñas y medianas empresas al permitirle poder acceder a bienes que muchas veces no pueden comprar en un inicio sin la necesidad de una hipoteca o crédito. Asimismo, no crea obligación de adquirir el bien una vez finalizado el contrato, pudiendo devolver el bien o inmueble.
Entonces, ¿factoring o leasing?
Si bien tanto el leasing como el factoring son sistemas de financiamiento muy útiles para las pequeñas y medianas empresas, existen una serie de características que convierten al factoring en la mejor opción para las pymes:
- El leasing solo permite el arrendamiento de bienes y servicios, no entregando dinero al cliente para su libre disposición. Frente a esto, el factoring otorga liquidez inmediata para los fines que la pyme estime convenientes, pudiendo realizar inversiones que contribuyan a su desarrollo.
- El leasing implica un contrato de arrendamiento cuya cancelación supone una gran penalización económica. Junto a ello, la mayoría de los contratos no permiten entregar el bien antes de finalizado el periodo de arrendamiento.
- El leasing solo permite acceder a la propiedad del bien una vez terminado el contrato de leasing.
De este modo, el leasing se convierte en una opción útil cuando se desea disponer de un bien mueble o inmueble y no se tiene el capital inicial necesario. Frente a otras situaciones, el factoring permite obtener financiamiento para los objetivos que la empresa desee o necesite, teniendo dinero efectivo para reactivar e impulsar el crecimiento de su negocio sin quedar reflejado en el sistema financiero.
En Todo Factoring estamos comprometidos con entregar una atención rápida, sencilla y de acuerdo con las necesidades de tu empresa. El factoring puede ser uno de los mejores aliados del desarrollo de tu empresa, ofreciendo oportunidades para potenciar tu negocio.